Haizea y la magia del proceso

Conocimos a Haizea cuando estábamos en el primer atelier de Soia Bridal, vivimos juntas el cambio de local, pero siempre nos lo puso muy fácil. 

Tenía las ideas muy claras cuando nos conocimos y gracias a eso enseguida acertamos con el diseño.

Haizea disfrutaba viniendo sola en cada cita. En la prueba final, sin embargo, le aconsejamos que viniera acompañada de su familia, nos hizo caso y estuvo acompañada por sus padres y su hermana. ¡No os podéis imaginar qué momentos tan emocionantes vivimos en aquella prueba!

El día de la boda también tuve el placer de ir a vestirla, y os contaré un secreto. Cuando se puso el vestido nos dimos cuenta de que las varillas que le añadimos en la zona del pecho, se le marcaban demasiado, y no se encontraba del todo cómoda. ¡Por fin decidimos quitarlo y no sabéis qué a gusto quedamos tanto ella como yo!

La verdad es que cuando vamos a vestir a las novias pasamos momentos emocionantes que nos encantan, pero otra de las razones por las que nos gusta acudir es también porque nos quedamos más tranquilas al poder hacer cualquier cambio de última hora, o simplemente verificar que están perfectamente vestidas, con tal de que la protagonista se sienta tranquila. 

Ay, y casi me olvido de dar algunos datos sobre el vestido, le diseñamos un escote en forma de barco en el pecho y abierto por la espalda en pico, con largas mangas sastre. Lo adornamos todo con botones y le hicimos un pliegue en la falda con una larga cola ancha preciosa.

Tú en mi camino, y yo en el tuyo. ¡El proceso ha sido orgánico y superbonito! ¡Os deseamos todo lo bonito que os pase pareja! 

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